This is an authorized translation of an Eos article. Esta es una traducción al español autorizada de un artículo de Eos.
Las áreas marinas protegidas son las versiones oceánicas de los parques nacionales: en las regiones más rigurosamente protegidas, la pesca y otras actividades extractivas están prohibidas. Algunos críticos de la industria pesquera han argumentado por largo tiempo que estas restricciones afectan negativamente a los pescadores al reducir la captura y al forzarlos a viajar distancias más largas para pescar. Sin embargo, investigadores han analizado los datos marítimos para mostrar que eso no es cierto, al menos en el área protegida más grande de Norteamérica. Sus resultados fueron publicados en Science Advances.
Proteger lo que queda
“Es una forma en la que podemos proteger lo que nos queda”.
A finales de 2017, oficiales mexicanos establecieron un área protegida de 148,000 kilómetros cuadrados, el Parque Nacional Revillagigedo, en el Océano Pacífico a las afueras de la punta del estado mexicano de Baja California Sur. En esos momentos, Fabio Favoretto estaba participando en una escuela para estudiantes de posgrado en la capital del estado, La Paz. El ecólogo marino, que ahora divide su tiempo entre el Centro para la Biodiversidad Marina y la Conservación en La Paz y el Instituto de Oceanografía Scripps en La Jolla, California, recuerda que le emocionó que una parte tan grande del océano, casi del tamaño del estado de Nueva York, fuera salvaguardada para el futuro.
Hace tiempo, el océano era considerado como un regalo ilimitado, dijo Favoretto. Sin embargo, las operaciones de pesca masiva ya han empobrecido la reserva de peces en muchas regiones costeras, dijo. “Estamos viendo este empuje hacia el mar alto”. Establecer lugares que están completamente protegidos contra la pesca como Revillagigedo, permite que la vida marina se recupere, explicó Favoretto. “Es una forma en la que podemos proteger lo que nos queda”.
Investigando las afirmaciones con datos
Pero las áreas marinas protegidas no han sido aceptadas por todo mundo. En el caso de el Parque Nacional Revillagigedo, la industria pesquera mexicana fue muy vocal sobre las preocupaciones de que el parque tendría efectos negativos en los marineros y que resultaría en, por ejemplo, una disminución de las capturas. Favoretto y sus colegas decidieron investigar la veracidad de esas afirmaciones usando datos.
Los investigadores recolectaron registros de la comisión de pesca mexicana de cerca de 200 embarcaciones a las que se les permitió pescar atún, tiburón o pez espada. Favoretto y sus colaboradores se enfocaron en dos ventanas de tiempo que cubrían la creación del Parque Nacional Revillagigedo, 2008-2017 y 2018-2021, y compararon métricas como la duración que las embarcaciones pasaban pescando, sus capturas reportadas y el área que recorrieron.
El equipo empezó por definir una cantidad llamada “captura por unidad de esfuerzo”, la cual tiene unidades de toneladas métricas de pez capturadas por día. Es necesario considerar no sólo la cantidad de pez que se captura, sino también el tiempo que se pasa pescando, dijo Favoretto. “Puedes capturar tres atunes en cuatro días, o puedes capturar tres atunes en una hora. Es muy distinto”. (Los investigadores usaron información sobre la velocidad de las embarcaciones para inferir cuando los marineros estaban probablemente pescando o buscando peces).
Cuando Favoretto y su colegas compararon los datos de antes y después de la creación del Parque Nacional Revillagigedo, encontraron que no había cambio significativo en la captura por unidad de esfuerzo. Eso es evidencia clara de que la productividad de los pescadores no disminuyó debido al área protegida, concluyeron los investigadores.
“Están concentrando los mismos esfuerzos en áreas más pequeñas y más productivas en mar alto”.
Después, los investigadores examinaron los datos de embarcaciones monitoreadas que registraron, cada hora, las coordenadas geográficas de cada embarcación. Favoretto y sus colaboradores usaron esta información para determinar el área aproximada que cada embarcación recorrió durante sus actividades pesqueras. Críticos de las áreas marinas protegidas han sugerido que las restricciones fuerzan a los marineros a viajar distancias más grandes para pescar.
Cuando el equipo comparó las huellas de las embarcaciones que recorrieron antes y después de la creación de el Parque Nacional Revillagigedo, encontraron que las preocupaciones de la industria pesquera no se sostenían: las embarcaciones, en promedio, pescaban en una área más pequeña después del 2017 comparado con años anteriores. Y la diferencia fue estadísticamente significativa, los marineros tendieron a recorrer una parcela de océano un 50% más pequeña después de que se estableciera el área marina protegida.
Una explicación para ese hallazgo, propusieron los investigadores, es que en años recientes los pescadores han tendido a concentrarse en pescar más lejos del continente. “nuestra interpretación es que están concentrando los mismos esfuerzos en áreas más pequeñas y más productivas en mar alto”, dijo Favoretto. Eso es en parte porque en las regiones que están cerca de las líneas de costa hay mucha pesca, dijo. “Las áreas costeras están empobrecidas”.
En general, la creación del Parque Nacional Revillagigedo no afectó negativamente la captura o el área que los pescadores tenían que recorrer para pescar, concluyeron los investigadores. Eso podría ser cierto, dijo Tim McClanahan, un biólogo de la conservación para la Sociedad para la Conservación de la Vida salvaje en Mombasa, Kenya, quien no estuvo involucrado en la investigación, pero la investigación no abordó otro potenciales problemas que los pesqueros han externado sobre las áreas marinas protegidas.
Por ejemplo,¿orillan las áreas marinas protegidas a algunos pescadores a dejar la pesca? El número de horas que las embarcaciones pasan pescando dentro del área del Parque Nacional Revillagigedo habían estado disminuyendo por una década antes de que se estableciera el parque, mostraron Favoretto y sus colegas. “Eso parece sugerir que la gente no estaba haciendo mucho dinero”, dijo McClanahan. Los pescadores que estaban sufriendo financieramente podrían haber optado por buscar empleado en la tierra cuando escucharon que se iba a establecer el parque, dijo. Los datos que analizaron el equipo no reflejan cuántas personas podrían haber dejado de pescar, dijo McClanahan. “La pobreza es una voz fuerte”.
—Katherine Kornei (@KatherineKornei), Escritora de ciencia
This translation by Anthony Ramírez-Salazar (@Anthnyy) was made possible by a partnership with Planeteando. Esta traducción fue posible gracias a una asociación con Planeteando.