This is an authorized translation of an Eos article. Esta es una traducción al español autorizada de un artículo de Eos.
Dune de Frank Herbert cuenta la historia de Paul Atreides, un hijo de una familia noble enviada al hostil planeta desértico Arrakis para supervisar el comercio de una misteriosa droga llamada melange (apodada “especia”), que otorga a quien la consume habilidades sobrenaturales y longevidad. Sobreviene la traición, el caos y las luchas políticas internas.

Imagina que estás en Arrakis, rodeado por un océano de arena. El aire es irrespirable, el cielo brumoso, el paisaje misterioso. Arena por millas, hasta donde alcanza la vista. Sabes que a varios cientos de kilómetros de distancia hay una vasta red de cañones que, desde arriba, parecen haber sido tallados por enormes gusanos.
Antes de emocionarse demasiado, es importante saber que este no es el famoso planeta desértico que aparece en las novelas de Dune.
No, este Arrakis está más cerca de nuestro propio mundo.
Este Arrakis está a tan solo mil millones de kilómetros de la Tierra, en un mundo que orbita a Saturno.
Incluso hemos aterrizado una nave espacial cerca de allí.
Si aún no lo has adivinado, este Arrakis, oficialmente llamado Arrakis Planitia, pertenece a la segunda luna más grande de nuestro sistema solar, Titán. Arrakis es una vasta llanura de arena indiferenciada, pero no arena como la conocemos. La arena de Titán está hecha de grandes moléculas orgánicas, lo que la haría más suave y pegajosa, dijo Mike Malaska, científico planetario del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA en Pasadena, Calif.

A Malaska le gusta imaginar que la arena de hidrocarburos de Titán, que en realidad se conoce como tholin, o suciedad orgánica compleja, podría duplicarse como la especia infame en el centro del extenso arco narrativo de Dune.
En los libros de Dune, la especia huele a canela, mientras que el tholin en Titán “probablemente huele a almendras amargas…y a muerte”, dijo Malaska.
Arrakis no es el único nombre de las novelas de Dune que adorna las características geológicas de Titán. Todas las llanuras y laberintos (rasgos en forma de cañón tallados en la superficie) indiferenciados de Titán que tienen nombre llevan el nombre de planetas de la serie Dune. Está Buzzell Planitia, que lleva el nombre del “planeta del castigo” utilizado por una antigua orden de mujeres con habilidades sobrenaturales. Está Caladan Planitia, que lleva el nombre del planeta natal del héroe principal de Dune, Paul Atreides. Está Salusa Labyrinthus, que lleva el nombre de un planeta prisión. Y más.
“Estoy asombrado [de] cuánto se parece Titán a la descripción de Arrakis”, dijo Malaska. Además de las vastas llanuras de arenas de hidrocarburos que se extienden a lo largo de la superficie de Titán, el complejo clima de tormentas y lluvia de metano de la luna se siente como de Dune. “Titán es Dune”.
Y, por supuesto, están las dunas. Los campos de dunas de Titán rodean el ecuador de la luna de 16.000 kilómetros de largo. La luna tiene más dunas que la Tierra tiene desiertos.
Rosaly Lopes, otra científica planetaria del JPL, fue una de las primeras personas en ver las dunas de Titán. Ella y otros miembros del equipo Cassini estaban analizando imágenes de uno de los primeros sobrevuelos de Titán de la nave espacial, allá por 2005, y vieron extraños rasgos curvados en la superficie.
“Cuando vimos las dunas por primera vez, no sabíamos que eran dunas”, dijo Lopes. No fue hasta un sobrevuelo posterior de Cassini que confirmaron que Titán tenía dunas en todo alrededor de su ecuador.
Aunque Herbert se inspiró originalmente en las dunas de arena de la costa de Oregón, también podría haber estado imaginando Marte.
De hecho, Lopes fue la primera en sugerir nombrar las llanuras y laberintos de Titán en honor a los planetas del universo Dune en 2009, aunque no recuerda exactamente cómo surgió la idea. Ella dijo que tenía sentido, considerando las dunas de Titán.
Los científicos planetarios no nombran los rasgos hasta que existe una necesidad científica para ellos, dijo Lopes. Primero se debe elegir un tema, ya sean aves míticas para áreas interesantes en el asteroide Bennu, o dioses del fuego para volcanes en la luna de Júpiter Io (Lopes nombró a dos de ellos, Tupan y Monan, en honor a deidades de culturas indígenas en su país de origen de Brasil). Hay otros rasgos literarios en el sistema solar, como los cráteres de Mercurio que llevan el nombre de artistas y escritores famosos.
Aunque Herbert se inspiró originalmente en las dunas de arena de la costa de Oregón, Malaska imagina que Herbert, y sus muchos lectores, también podrían haber estado imaginando Marte, el único planeta desértico que conocíamos en la época en que se publicó Dune, en 1965. De hecho, ese mismo año, la NASA hizo su primer sobrevuelo exitoso de Marte con su nave espacial Mariner 4 y la humanidad pudo ver de cerca el Planeta Rojo.
Pero los campos de dunas de Titán son únicos en el sistema solar, y es lógico que esta misteriosa luna lleve el nombre de un revolucionario universo de ciencia ficción.
—JoAnna Wendel (@JoAnnaScience), Escritora de ciencia
This translation by Daniela Navarro-Pérez (@DanJoNavarro) of @GeoLatinas and @Anthnyy was made possible by a partnership with Planeteando. Esta traducción fue posible gracias a una asociación con Planeteando.
Text © 2021. The authors. CC BY-NC-ND 3.0
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