Un gran número inusual de días secos y calurosos, que pueden producir impactos duraderos y amplios como sequías e incendios forestales, hacen que la gente piense que han experimentado el calentamiento global. Crédito: iStock.com/LouieBaxter

This is an authorized translation of an Eos article. Esta es una traducción al español autorizada de un artículo de Eos.

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Personas en cada esquina de los Estados Unidos están viendo cómo el cambio climático afecta cada vez más su vida diaria: cortes de agua y pérdida de cultivos por largas sequías, récord de olas de calor en diferentes ciudades, aire brumoso proveniente de incendios forestales a medio país de distancia, e inundaciones de los sótanos de apartamentos provocados por huracanes, solo por mencionar algunos. Sin embargo, no cualquier evento climático extremo convence a la gente de que están experimentando personalmente el cambio climático. Un estudio reciente sobre en Global Environmental Change ha encontrado que a pesar de los factores políticos y sociodemográficos, es más probable que experimentar un número anormal de días calientes y secos haga a los residentes de Estados Unidos creer que han experimentando el cambio climático.

“El cambio climático se expresa muy diferente en distintos lugares – incendios forestales y sequías en el oeste, huracanes e inundaciones en el este, ¡todo lo anterior en Texas!” dijo Jennifer Marlon, una científica climática de la Escuela Ambiental de Yale en New Haven, Connecticut, y autora principal del estudio. “Este estudio apunta a la importancia de ayudar a las personas a interpretar los impactos locales extremos del clima y conectar esos impactos con la raíz que los causa: quema de combustibles fósiles y la contaminación por carbono que ésta produce.”

Un calor seco es convincente

En un estudio nacional llevado a cabo de 2008 a 2015, más de 13,600 personas respondieron a la pregunta “¿Qué tanto estás de acuerdo con la siguiente afirmación? He experimentado personalmente los efectos del calentamiento global”. Los investigadores recolectaron información geográfica, sociodemográfica y política de los participantes y usaron esos datos para garantizar que las respuestas venían de una muestra representativa de los adultos estadounidenses. Con base en la ubicación de cada participante los investigadores emparejaron datos de alta resolución climática con las respuestas para descubrir qué cambios climáticos ha experimentado cada persona en los 12 meses anteriores a su participación en la encuesta.

Las anomalías secas y calientes incrementaron en la experiencia percibida con el calentamiento global a través de las líneas políticas.

“Las personas que no creen que el calentamiento global es real o una amenaza, pueden experimentar clima extremoso o inusual y negar que tiene algo que ver con actividades humanas o el cambio climático”, explicó Marlon. Esta generalización se mantuvo a grandes rasgos en el nuevo estudio. Después de días o temporadas de fuertes o intensas lluvias, fuertes nevadas, calor inusual (pero no seco) los encuestados no tenían más probabilidades de creer que habían experimentado el calentamiento global que antes. Solo después de haber experimentado un gran número inusual de días secos y calurosos, los encuestados fueron más propensos que el promedio nacional de 30% en responder que habían experimentado personalmente el calentamiento global. Cada año de la encuesta, el cambio en la percepción fue más grande en las regiones más afectadas por olas de calor y largas sequías, incluyendo California, Texas y ciudades alrededor del país.

Además, estas tendencias permanecieron a pesar de las afiliaciones políticas de los encuestados (Demócratas, Independientes y Republicanos), e ideología política (liberal, moderado, conservador), dos factores que a menudo afectan si una persona atribuye un evento climático extremo al cambio climático. Las anomalías secas y calientes incrementaron en la experiencia percibida con el calentamiento global a través de las líneas políticas.

En 2020, adultos estadounidenses en áreas que han experimentado un alto número anómalo de días secos y calurosos (región suroeste y Alaska), en áreas afectadas por inundaciones relacionadas con huracanes (arco sureste), y en áreas metropolitanas son más propensos a pensar que el calentamiento global los afectará de manera personal comparado con el promedio nacional de 43%. Crédito: Yale Program on Climate Change Communication

Estos investigadores especularon que los días calientes y secos son más propensos a afectar la percepción de las personas porque los efectos son mucho más amplios que los de otros eventos climáticos. Las anomalías secas y calientes pueden durar meses o años; pueden afectar la agricultura, energía, abastecimiento de agua, sectores turísticos y de recreación; y pueden generar pérdidas económicas a nivel nacional que exceden las de las inundaciones.

El reto para los comunicadores

Richard Alley, un científico climático de la Universidad del Estado de Pensilvania en University Park quien no estaba involucrado con la investigación, llamó al estudio “fascinante” y dijo, “intuitivamente, los resultados tienen sentido para mí…. [la frase] ‘calentamiento global’ ha sido usada de manera extensa por décadas para describir la influencia humana en el clima, causando que muchas personas asociaran el calentamiento con la influencia humana. Casi todos saben que las secadoras de ropa y de cabello funcionan mejor con calor, así que la asociación entre calor es prevista”.

La comunicación necesita ser adaptada geográficamente.

“La relación directa, digamos, entre inundaciones repentinas y la influencia humana en el clima, o la inflación de los precios asociada en parte a las fallas de cultivos e interrupciones de la cadena de suministro asociadas a cambios climáticos inducidos por el humano, es menos obvio pero no menos real”, continuó. “Sus resultados fueron importantes para todos los comunicadores climáticos, que cada vez somos más… El reto para los comunicadores es más claro”.

Este estudio resalta que “la comunicación tiene que ser adaptada geográficamente para que las personas puedan ver cuáles impactos de salud, infraestructura y vecindarios están más en riesgo en sus propias comunidades”, dijo Marlon. “La gente también necesita saber dónde existen nuevas oportunidades para una efectiva mitigación, adaptación e innovación”.

Debido a que esta encuesta fue conducida hasta apenas el 2015, no capturó ningún cambio en percepción sobre los huracanes Harvey, Irma y María en 2017; las devastadoras temporadas de incendios forestales en 2018 y 2020 en California; la costosa y mortal tormenta de invierno en Texas en febrero de este año; u otros fenómenos meteorológicos extremos inducidos por el clima. “La encuesta está en marcha, y estamos continuamente evaluando la evolución en las percepciones”, dijo Marlon. “Conforme el clima empeora, estos eventos parecen persuadir al menos a aquellos que ya ven el cambio climático como una amenaza—que ya es la mayoría del país—para tomarlo más en serio y motivar acciones más agresivas.

Kimberly M. S. Cartier (@AstroKimCartier)

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This translation by Sofía Lilián Farías Barona (@sofifariasb), with editing by Edith Emilia Carriquiry Chequer (@eecarry), was made possible by a partnership with Planeteando. Esta traducción fue posible gracias a una asociación con Planeteando.

Text © 2022. The authors. CC BY-NC-ND 3.0
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