Source: Journal of Geophysical Research: Biogeosciences
This is an authorized translation of an Eos article. Esta es una traducción al español autorizada de un artículo de Eos.
En el Mar del Sur de China, recientemente se descubrió que el agujero azul de Yongle es el agujero azul más profundo de la Tierra, pues alcanza hasta 300 metros de profundidad, lo suficientemente profundo como para sumergir la Torre Eiffel. Un agujero azul—un sumidero marino con una abertura hacia la superficie del mar—es un laboratorio natural donde los científicos pueden investigar patrones que son más difíciles de detectar en las aguas expuestas del océano abierto.
Los agujeros azules suelen ser pozos circulares con paredes empinadas. Las mareas bañan sus cimas, pero su estructura única mantiene el ambiente en el interior relativamente aislado. Como resultado, los agujeros azules pueden tener comunidades microbianas, registros sedimentarios y gradientes químicos únicos. Yao et al. tomaron muestras de las aguas del agujero azul de Yongle para aprender más sobre los procesos del ciclo del carbono, que no son estudiados comúnmente en estos agujeros.
Los investigadores encontraron las concentraciones más bajas de carbono orgánico disuelto jamás registradas en aguas costeras. Al mismo tiempo, hallaron algunas de las concentraciones más altas de carbono inorgánico disuelto en condiciones similares. Tanto las moléculas de carbono orgánicas como las inorgánicas eran mucho más antiguas que el carbono encontrado a profundidades paralelas en el océano abierto.
Los científicos concluyeron que el ciclo del carbono en este agujero azul depende en gran medida de los gradientes naturales encontrados en sus profundidades. Entre los 80 y 100 metros de profundidad aproximadamente, el oxígeno disuelto desaparece, y la salinidad, la temperatura y el pH cambian bruscamente. Los investigadores atribuyen la mayor parte del ciclo del carbono en este agujero azul a las actividades de los microbios que viven allí, incluido el ciclo del azufre y la producción de metano. El papel de la disolución de carbonato desde las paredes del agujero azul en las afectaciones a las edades de carbono en este sistema sigue siendo incierto. Sin embargo, no parece haber evidencia de entrada de agua dulce subterránea en las aguas del fondo del agujero azul.
Los agujeros azules permiten a los científicos estudiar gradientes químicos con una precisión imposible en el océano abierto. A medida que los ambientes marinos de todo el mundo experimentan zonas crecientes con bajo contenido de oxígeno, comprender estos gradientes y ciclos es más importante que nunca. Además, la cantidad de carbono inorgánico disuelto en el agujero parece estar aumentando, por lo que los agujeros azules pueden convertirse en una fuente de dióxido de carbono que debe tenerse en cuenta en una visión más amplia del cambio climático y las predicciones de carbono azul. (Journal of Geophysical Research: Biogeosciences, https://doi.org/10.1029/2019JG005307, 2020)
—Elizabeth Thompson, Escritora de ciencias
This translation was made possible by a partnership with Planeteando. Esta traducción fue posible gracias a una asociación con Planeteando.
Text © 2020. AGU. CC BY-NC-ND 3.0
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