Fotografía de olas rompiendo
Investigadores estudiaron registros de isótopos de boro de muestras de sedimentos marinos, para reconstruir la historia del intercambio océano-atmósfera de dióxido de carbono, durante el Pleistoceno tardío y el Eoceno temprano. Crédito: Rena Olson, CC BY-NC-SA 2.0
Source: Paleoceanography and Paleoclimatology

This is an authorized translation of an Eos article. Esta es una traducción al español autorizada de un artículo de Eos.

A finales del Pleistoceno, las capas de hielo avanzaron y retrocedieron a medida que los niveles de dióxido de carbono atmosférico iban cambiando. Desde hace tiempo, los científicos han buscado entender los procesos complejos que controlan el aumento y disminución de concentraciones de dióxido de carbono—una línea de investigación con implicaciones importantes en la actualidad, a medida que estos niveles han aumentado a valores no vistos desde hace 3 millones de años en el Plioceno, cuando el Ártico tenía vegetación.

Los océanos son un reservorio importante de carbono, absorbiendo colectivamente hasta un tercio del dióxido de carbono que los humanos han estado liberando a la atmósfera desde la Revolución Industrial. En un estudio reciente, Shao et al. han constreñido aún más el papel que los océanos para controlar los niveles de carbono atmosférico durante los últimos ciclos glaciales del Pleistoceno tardío.

Este trabajo parte de investigaciones previas que usaron registros de isótopos de boro como herramienta para conocer la química de la superficie del océano, la cual brinda a los científicos nueva información acerca del intercambio de dióxido de carbono entre la superficie del mar y la atmósfera. Los investigadores han medido isótopos de boro extraídos de organismos planctónicos encontrados en núcleos de sedimentos para reconstruir el pH oceánico en los océanos Pacifico Tropical y Norte, Índico y Atlántico, pero los datos del Pacifico Suroccidental, un gran reservorio de carbono en la actualidad, aún no existían.

Para llenar este vacío, los autores analizaron isótopos de boro de especímenes del foraminífero planctónico Globigerina bulloides encontrado en muestras provenientes de dos núcleos de perforación recuperados de la elevación de Chatham a las afueras de la costa este de Nueva Zelanda, con el fin de obtener una reconstrucción de pH de esta área basada en isótopos de boro. Los núcleos permitieron estudiar un registro de las condiciones oceánicas de los últimos 25,000 años, durante el Pleistoceno tardío. El equipo encontró que el pH era de aproximadamente 8.2 durante el último máximo glacial, cuando capas de hielo cubrían gran parte de América del Norte, Europa y Asia. Posteriormente entre 16,500 y 14,000 años el pH cayó, para luego volver a subir a 8.1 hacia finales del Pleistoceno y comienzos del Holoceno. Los resultados indican que esta región del Pacifico Sur estaba liberando dióxido de carbono a medida que el hielo se retiraba. El equipo de investigación noto que resultados similares se han obtenido del Atlántico Sur, sugiriendo que durante la última deglaciación los océanos Pacifico Sur y Atlántico Sur eran fuentes de carbono y no reservorios.

Los autores integraron sus resultados de registros de isótopos de boro con los previamente publicados alrededor del mundo, creando una imagen más completa del intercambio de dióxido de carbono en los últimos 25,000 años. Encontraron una desgasificación generalizada de dióxido de carbono, particularmente durante la última deglaciación, que según los autores podría deberse a un incremento en la surgencia de gas proveniente del fondo oceánico. Según ellos, el resultado es intrigante, ya que ninguno de los registros en los datos proviene de altas latitudes del Océano Antártico, donde gran parte del carbono del fondo oceánico entra en contacto por primera vez con la atmósfera. Sin embargo, los investigadores también notaron que los sitios muestreados podrían estar sesgados hacia zonas de surgencia.

Este estudio llena un vacío importante en las reconstrucciones basadas en isótopos de boro sobre intercambio de dióxido de carbono océano-atmósfera durante la última deglaciación. Un mejor entendimiento de este intercambio en el pasado, puede proveer información acerca del impacto que puede tener el aumento de los niveles de dióxido de carbono atmosférico en el clima actual. (Paleoceanography and Paleoclimatology, https://doi.org/10.1029/2018PA003498, 2019)

—Kate Wheeling, Escritora de ciencias

This translation was made possible by a partnership with Planeteando. Esta traducción fue posible gracias a una asociación con Planeteando.

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