Vista de edificios de ladrillo con diferentes estilos en una ciudad vista desde la cima de un edificio cercano.
Crédito: Andre Carrotflower/Wikimedia Commons, CC BY-SA 4.0

This is an authorized translation of an Eos article. Esta es una traducción al español autorizada de un artículo de Eos.

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Cuando cada verano temperaturas récord y domos de calor envuelven amplias zonas de los Estados Unidos, las personas experimentan estos eventos de calor extremo de manera diferente. Aquellos que viven en vecindarios históricamente marginalizados, donde el uso de la tierra y las políticas de vivienda discriminatorias hicieron que la segregación y el racismo florecieran, al día de hoy aún presentan mayor riesgo por las temperaturas altas y los efectos del estrés por calor en la salud.

En un nuevo estudio publicado por One Earth, investigadores demostraron que en 481 ciudades estadounidenses el estrés por calor afecta a las personas pobres y de color desproporcionalmente. “Encontramos que la disparidad actual era bastante consistente entre las ciudades: en más del 90% de las ciudades que consideramos, encontramos desigualdades a la exposición al calor relacionadas tanto en los ingresos como en la raza”, dijo TC Chakraborty, científico de la Tierra en el Laboratorio Nacional del Noroeste Pacífico y autor principal del estudio. Este tipo de información puede ayudar a los líderes de ciudad a usar mejores medidas de las disparidades del calor, así como proteger a las poblaciones en mayor riesgo de exposición al calor.

El peligro del calor implacable

Las islas de calor urbano, zonas calientes de la ciudad donde el asfalto, alta densidad de edificios e infraestructura causan que la temperatura aumente más que en las áreas circundantes, albergan millones de personas que no son capaces de escapar de los efectos del implacable calor del verano.

La exposición crónica al calor excesivo tiene un impacto en la salud cardiovascular, respiratoria y mental.

“Las personas que viven en zonas urbanas suelen caminar para hacer sus tareas diarias. Una de las ventajas de vivir en una ciudad es que las cosas están cerca y puedes utilizar el transporte público, pero eso también significa que tienes que pasar más tiempo al aire libre”, dijo Neelima Tummala, médico y co-directora del Instituto de Salud Ambiental en la Universidad George Washington, quien no estuvo involucrada en el estudio.

En vecindarios sin parques ni árboles grandes, donde el asfalto y los edificios absorben e irradian el calor del verano, a los residentes les puede resultar difícil escapar de las temperaturas extremas tanto en interiores como en el exterior. Este tipo de exposición continua puede ser muy peligrosa. El cuerpo se vuelve incapaz de enfriarse adecuadamente mediante la sudoración. La exposición crónica al calor excesivo tiene un impacto en la salud cardiovascular, respiratoria y mental, dijo Tummala. “La exposición prolongada a temperaturas nocturnas elevadas puede afectar la calidad del sueño y la salud mental y cardiaca,” dijo. “Estás constantemente a una temperatura elevada con la que tu cuerpo tiene que lidiar”.

Mapeando la disparidad de calor

Estudios previos sobre el calor urbano han utilizado datos satelitales para estimar temperaturas de la superficie terrestre. En cambio, Chackraborty y sus colegas evaluaron el estrés por calor utilizando el índice de calor del Servicio Nacional Meteorológico de los E.E. U.U. y el índice de humedad del Servicio Nacional Meteorológico de Canadá (humidex), combinando la temperatura del aire y la humedad para describir mejor cómo se siente el calor. Utilizar modelos que combinan estas variables fue una manera más certera de catalogar el estrés por calor de las ciudades estadounidenses entre 2014 y 2018.

La correlación de los índices de calor mapeados con los datos del censo reveló que los vecindarios de bajos ingresos y los residentes de color experimentaron temperaturas más altas y mayor humedad, lo que en conjunto amplifica el estrés por calor. Las zonas censales con mayores ingresos sufrieron menos estrés por calor. El estrés por calor también fue generalmente mayor en las zonas con un mayor porcentaje de residentes negros y afroamericanos.

Mapa de polígonos con colores del arcoiris.
Áreas censales de Baltimore coloreadas según el índice de calor y el porcentaje de residentes negros. Una comparación indica que donde una mayor proporción de residentes son negros, el estrés por calor es mayor. Crédito: TC Chakraborty/PNNL
Un mapa de aspecto antiguo con polígonos rojos, verdes, amarillos y azules sobrepuestos sobre cajas negras más pequenas.
Un mapa de 1938 de Brooklyn, Nueva York, del Home Owners’ Loan Corporation muestra vecindarios codificados por colores según el valor del préstamo. Las áreas en rojo (barrios marginalizados) indican áreas donde los bancos y otros prestamistas generalmente consideraban que los residentes no eran dignos de ser incluidos en los programas de préstamos y propiedad de vivienda. Los barrios marginalizados tenían un número desproporcionado de residentes negros. Crédito: Corporación de Préstamos para Propietarios de Vivienda, Dominio Público

Los investigadores compararon estos hallazgos con datos históricos de 177 ciudades para observar más a fondo esta disparidad de ingresos y raza a través del tiempo. En la década de 1930, el gobierno de los Estados Unidos calificó a los vecindarios según su capacidad de inversión. Muchos de los vecindarios que albergaban poblaciones pobres y minoritarias, especialmente de residentes negros y afroamericanos, fueron considerados inversiones mas riesgosas y, por lo tanto, recibieron menos fondos para desarrollo y programas de vivienda. Hoy día, estos vecindarios marginalizados sufren condiciones ambientales mucho peores que otras partes de sus respectivas ciudades. Tienen menos cubierta de árboles y experimentan temperaturas superficiales mayores que vecindarios que originalmente no fueron marginalizados.

Las disparidades eran penetrantes, dijo Chakraborty. Los vecindarios marginalizados, generalmente calificados con una “D” por prestamistas, tenían un índice de calor mayor comparado con aquellos que eran calificados con una “A”. “Este resultado fue muy interesante – que este nivel de desigualdad y segregación se correlacionara tan fuertemente con los niveles de disparidad de calor,” dijo.

Proteger a los más vulnerables

“Estudios como este, que buscan comprender más a fondo las disparidades existentes en la exposición al calor, son importantes para identificar qué comunidades corren mayor riesgo de sufrir cambios ambientales relacionados al cambio climático, como el calor extremo que cada vez empeora más”, dijo Tummala. Se necesitan medidas de salud pública y estrategias de mitigación para proteger a los ciudadanos con mayor riesgo de sufrir calor – especialmente cuando el aumento de las temperaturas se vuelve más común.

“Zonas con menos árboles en las calles, menos acceso a espacios verdes—Allí es donde se comienza a ver el legado de la desinversión y el racismo institucional que ha entrado en juego”.

“Zonas con menos árboles en las calles, menos acceso a espacios verdes—Allí es donde se comienza a ver el legado de la desinversión y el racismo institucional que ha entrado en juego”, dijo Lara Whitely Binder, gerente del programa de preparación climática del condado de King County, Washington, quien no estuvo involucrada en la investigación.

Debido a que el clima está cambiando y avanzando, de ahora en adelante las ciudades deben prepararse para veranos más calientes y olas de calor mortales más frecuentes usando distintos medios, tanto en los interiores como al aire libre. “No solo necesitamos entender mejor dónde hace calor, sino también cuáles son los factores socioeconómicos para los habitantes de esas zonas”, dijo Whitely Binder. “Podemos comenzar a analizar lo que hay en las islas de calor y utilizarlo para comenzar a informar las decisiones políticas que vamos a tomar”.

—Rebecca Owen (@beccapox), Escritora de ciencia

This translation by Nel Rodriguez Sepulveda was made possible by a partnership with Planeteando. Esta traducción fue posible gracias a una asociación con Planeteando.

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